Claro que el empresario querrá dejar las cosas bien atadas cuando se retire; y la empresa, en buenas manos. Pero que no se confunda; ni la empresa es la misma, ni el sucesor es una copia suya. Algunas cosas se las podrá exigir, pero exigir otras será una pérdida de tiempo y de energía. Más vale que concentre su apoyo en aquello que puede mejorar del sucesor. Y si hay algo crucial que no puede cambiar, ¡busque a otro!
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